Un Pato endemoniado, un Palacios Alvarenga encendido, un Becerra punzante , un Nery metiendo centros de los buenos y un Garay más patrón que nunca, hicieron un monólogo del partido que presagiaba una goleada que se dilató hasta el último instante.
Pero antes de gritar de felicidad tras la llegada del primer gol, Gimnasia padeció una clara situación en contra donde Marchiori estuvo magistral para mostrarle a los aurinegros que no todas las que llegaban iban a ser goles como en la ida ,sin saber el Tomy y los de Murúa que nunca más se iban a ver las caras de cerca, en los noventa minutos.
Dos veces la pelota se negó al destino que esperaba Patricio,pero el capricho del Pato Cucci pudo más, y entonces Mac Pato se sacó la mufa para poner a tono el match con su actuación y la mandó a guardar tras cabezazo valiente luego de un corner del Chucho Becerra. A continuación nuestro implacable goleador, del que muchas veces algunos insólitamente dudan, terminó una jugada que centreó el Conde y en donde el imparable Mac Pato había eludido maravillosamente al golero sureño . Y pudo hacer 4 o 5, ante un equipo que se quedó con diez antes de la media hora , y que trató de hacer del foul táctico, el hacer tiempo y alguna cuota de mala intención, los atributos para sostener lo insostenible.
Y se vino un segundo tiempo donde el desgaste de la magnifica actuación de la primera parte, la ansiedad de hacer el gol de la diferencia y algun temor de algun pelotazo aislado que le complicara la existencia, hizo del pituco un equipo algo previsible que apeló más a centros que a juego asociado, frente a un rival que muy temprano pensaba en los penales, al tiempo que perdia otro jugador muy bien expulsado.
Y de pronto al minutero ,que había dado margen en la noche para presagiar un sinfín de goles, le llego la aguja casi hasta donde marcaba el final del encuentro, momento en donde la incomprensiblidad de no poder definirlo, se asoció con los fantasmas de disparos de los doce pasos, y nos trajeron recuerdos invasivos de momentos claves donde se habian dado pasos en falso.
Pero el Lechuga que pensó primero en Llamas para lastimar con centros envenenados y hacer surcos por la izquierda, y en Agudiak para prepear en el tumulto del área madrynista, recordó que también volver a las fuente de tocar y descargar, es otra de las maneras con que se puede ganar un partido.
Entonces supo que había alguien sentado cerca suyo, marginado injustamente por el cuerpo técnico anterior, quien por el solo hecho de trotar cerca de la línea de cal, ya había entusiasmado a una hinchada que lucía desanimada por muchas ocasiones desaprovechadas ,que muchas veces fueron jugadas mal terminadas . Fue asi, que el último de los mohicanos, Sergio Oga, entró en los últimos diez minutos a ayudar a ganar la batalla. Y en tan corto lapso la aguanto un par de veces para hacer la mejor descarga, intentó rematar de media distancia sin suerte sobre un seguro Lencinas y en la jugada del minuto 42, le clavó el tacazo de fantasia al puntano Garay, que tras gran centro, metió la pelota victoriosa muy cerca de Pablo Palacios Alvarenga, mortal habitante de las áreas rivales.
Y ya después del 3 a 0 , que se había hecho rogar ,la impotencia de los visitantes , junto a una reacción indebida y temperamental de Espinosa, quisieron llevar el partido a una batalla campal en donde Gimnasia no participó a pesar de los deseos y provocaciones de Cardozo, Vega, y el distraído técnico Murúa quienes no consiguieron su objetivo, aunque lo trataron de buscar hasta el hartazgo.
Señores y señoras, el único Gigante está en las semifinales por el segundo ascenso que otorga la Reválida, habiéndose no solo olvidado de la frustacion del pentagonal, sino recordado y de gran forma , que jugando bien se puede llegar al éxito. Asi lo demostró el equipo , en una noche de furia durante el primer tiempo, y de distintas maneras y formas, hasta que al final,muy cerca de él, pudo desahogarse junto a un pueblo sufrido que lo apoya incondicionalmente.
Renace la ilusión amigos, es que fue una noche donde hubo de todo: bravura patuna , los goles del de siempre, la vuelta del patrón y un toque de magia. Todos elementos suficientes para poner en marcha un plan del que todos quieren ser parte: OPERACIÓN RETORNO
Por el Lobo Pituco