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Viernes, 08 Septiembre 2017 20:51

El Goyco del parque, en la ciudad de la Santa Fe

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Empezó a saltar en la linea del arco y se hacía palma con los guantes. Su alta figura y porte juvenil ,lucía en aquel  arco de Santa Fe,  y detrás de él,   estaban todos los cordobeses  que  se atrevíeron  a festejar por anticipado,  lo que no pudieron.

Todos habían ya concluido, que él, ya había sido la figura de la tarde .Primero, por  un manotazo a puro reflejo en la expiración de un primer tiempo, donde sus compañeros le demostraron a los de Talleres, que cuando se intenta jugar y morder los talones al mismo tiempo, todo podía ser posible.Y  segundo, porque apareció de nuevo en la segunda etapa , con solvencia y seguridad en cada salida, no sin sufrir un par de jugadas, donde providencialmente la pelota acarició su palo derecho en una , y se quedó  en el techo del arco en otra.

Pero tras una magnifica atajada voladora ,que el Tomy mandó al corner,  luego del agónico cabezazo  goleador de Cortizo,   apareció  en los segundos  finales    el empate de la T.  Un  bombazo imposible  ,por virtud de  Reynoso, había sido  el único que no pudieron impedir rematar,   los bravos defensores del  lobo,que se jugaron la vida y el cuerpo en cada jugada.

Y entonces allí fue de nuevo el héroe de  Quilmes, a  poner el pecho por los que habían sudado hasta la última gota. Por  Espinosa   y su conmovedor en despliegue,  por Aguirre que no se cansó de  poner y poner ,  y por Miguel Barbero, juvenil defensor de pura cepa blanquinegra, solo por nombrar algunos de los altos rendimientos del equipo de Fuentes.

Y  Santo Tomás, lo hizo  de nuevo, a lo Goycochea,  mezcla de intuición y reflejos, llegó abajo dos veces,  desairando a  los  pateadores tallarines, que creyeron que por tener altura, el joven de Juan B.Justo no iba a llegar  a donde es difícil  hacerlo, los rincones de los arcos.

Después , la locura generalizada,   porque  tras el disparo de  Lucas Fernández, en  aquel último penal ,   fue   aquella montaña humana,  el  punto culminante de carreras alocadas de  jugadores  con  camisetas  blancas y negras. Las del mismo  color que tenían , los  se fundían en abrazos descontrolados,  al  otro extremo de   donde se había producido una definción histórica  de Copa  Argentina .  y   que a su vez eran iguales, a las que poseían,   los  que se rasgaban el pecho en Mendoza,   mientras   emocionados  , emitían  aullidos  victoriosos, que hacían eco en la calle Lencinas.

 Y no era para menos, porque Gimnasia y Esgrima de Mendoza, de la mano del Goyco del Parque y  compañía, va a jugar con Olimpo de Bahia Blanca los octavos de final de una Copa, donde desaparecen las categorías. Una Copa, que le da   la posibilidad a instituciones  como  la del Viejo Lobo del Parque, de poder conjugar su rica historia con un presente  de  ilusiones.

Porque así es el fútbol, como la vida,  en la que  después  de una amargura, viene una alegría, y en donde tras alguna caída,  aparece desde algún lugar, alguien que te ilumina, para darte la oportunidad que te merecías. 

Pero  tampoco todo puede ser resignado  al destino y  es por ello  que felicito a los jugadores ,por venir trabajando con la humildad de los grandes  y por haber  defendido con orgullo el manto sagrado que alguna vez se pusieron muchas estrellas del club. Es que de esa manera vencieron a un equipo de la Superliga, con actuaciones admirables que despertaron elogios de la prensa y de algunos entrenadores de renombre, que no resignan su bronca por el cierre del libro de pases. 

Aproveche Mensana,   un pueblo de  incondicionales soñadores  los van a acompañar, por el camino que  conduce al éxito, el que tarde o temprano,    lo esperará con la bandera a cuadros. Y mientras eso ocurra, tenga  seguro Gimnasia,  que nadie se cansará de  alentar y cantar, a pesar de los  obstáculos que haya que sortear.

*Por el Lobo Pituco

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