Todos habían ya concluido, que él, ya había sido la figura de la tarde .Primero, por un manotazo a puro reflejo en la expiración de un primer tiempo, donde sus compañeros le demostraron a los de Talleres, que cuando se intenta jugar y morder los talones al mismo tiempo, todo podía ser posible.Y segundo, porque apareció de nuevo en la segunda etapa , con solvencia y seguridad en cada salida, no sin sufrir un par de jugadas, donde providencialmente la pelota acarició su palo derecho en una , y se quedó en el techo del arco en otra.
Pero tras una magnifica atajada voladora ,que el Tomy mandó al corner, luego del agónico cabezazo goleador de Cortizo, apareció en los segundos finales el empate de la T. Un bombazo imposible ,por virtud de Reynoso, había sido el único que no pudieron impedir rematar, los bravos defensores del lobo,que se jugaron la vida y el cuerpo en cada jugada.
Y entonces allí fue de nuevo el héroe de Quilmes, a poner el pecho por los que habían sudado hasta la última gota. Por Espinosa y su conmovedor en despliegue, por Aguirre que no se cansó de poner y poner , y por Miguel Barbero, juvenil defensor de pura cepa blanquinegra, solo por nombrar algunos de los altos rendimientos del equipo de Fuentes.
Y Santo Tomás, lo hizo de nuevo, a lo Goycochea, mezcla de intuición y reflejos, llegó abajo dos veces, desairando a los pateadores tallarines, que creyeron que por tener altura, el joven de Juan B.Justo no iba a llegar a donde es difícil hacerlo, los rincones de los arcos.
Después , la locura generalizada, porque tras el disparo de Lucas Fernández, en aquel último penal , fue aquella montaña humana, el punto culminante de carreras alocadas de jugadores con camisetas blancas y negras. Las del mismo color que tenían , los se fundían en abrazos descontrolados, al otro extremo de donde se había producido una definción histórica de Copa Argentina . y que a su vez eran iguales, a las que poseían, los que se rasgaban el pecho en Mendoza, mientras emocionados , emitían aullidos victoriosos, que hacían eco en la calle Lencinas.
Y no era para menos, porque Gimnasia y Esgrima de Mendoza, de la mano del Goyco del Parque y compañía, va a jugar con Olimpo de Bahia Blanca los octavos de final de una Copa, donde desaparecen las categorías. Una Copa, que le da la posibilidad a instituciones como la del Viejo Lobo del Parque, de poder conjugar su rica historia con un presente de ilusiones.
Porque así es el fútbol, como la vida, en la que después de una amargura, viene una alegría, y en donde tras alguna caída, aparece desde algún lugar, alguien que te ilumina, para darte la oportunidad que te merecías.
Pero tampoco todo puede ser resignado al destino y es por ello que felicito a los jugadores ,por venir trabajando con la humildad de los grandes y por haber defendido con orgullo el manto sagrado que alguna vez se pusieron muchas estrellas del club. Es que de esa manera vencieron a un equipo de la Superliga, con actuaciones admirables que despertaron elogios de la prensa y de algunos entrenadores de renombre, que no resignan su bronca por el cierre del libro de pases.
Aproveche Mensana, un pueblo de incondicionales soñadores los van a acompañar, por el camino que conduce al éxito, el que tarde o temprano, lo esperará con la bandera a cuadros. Y mientras eso ocurra, tenga seguro Gimnasia, que nadie se cansará de alentar y cantar, a pesar de los obstáculos que haya que sortear.
*Por el Lobo Pituco