Fue un primer tiempo donde se buscaba por allí y por allá ,con centro que casi captura Cucci, con remate alto de Becerra ,y con dos pelotas, una peinada y la otra cabeceada, que se arrimaron al alma goleadora de Palacios Alvarenga. Una primera etapa con las corridas entusiasmantes del Conde Espinoza , y que terminó con un gran tiro libre de Mac Pato que Espeche sacó con dificultades al córner, mientras los de Catamarca observaban a cada rato el túnel de los camarines para seguir con su “estrategia” o quizás defenderse por sus limitaciones.

Y la segunda mitad, comenzó a tener otro color, no tanto del partido, pero sí de los fuegos artificiales que adornaron la radiante y rebelde luna llena, quiene fueron las señales para transformar de alguna u otra manera, un empate no acostumbrado en el Parque , en una de esas victorias que más se festejan cuando más cerca del final se convierte.
Pero antes de aquel gol, créame que el Mensana lo siguió intentando, y el Santo lo continuó aguantando,y de yapa, una que otra pegando, sobre todo en una falta contra Mateo Ramírez que el VAR hubiera transformado en penal. Y así fue, como en aquella vieja propagnada ,que decía que en el banco estaba la solución ,que el Lobo le pidió un préstamo a Fuentes y empezó a cantar Garay , para terminar gritando el Chango Amieva.

David Garay estuvo poco en la cancha, pero estuvo en su salsa, ya que se apoderó de la pelota y la hizo circular por el verde césped, mientras Amieva buscaba la posición justa para definir el match, cosa que consiguió a los 40 minutos tras gran centro de Diego López.

Y entonces, de esta manera, el blanquinegro demostró que nunca es tarde para ganar, sobre todo si el de enfrente espera que le conviertan para jugar a la pelota .Y más por esta actitud del visitante, que por rendimiento pituco, es que esta victoria sirvió para sumar y sumar, y sumar sin parar.

El triunfo fue inobjetable, en un partido que tuvo momentos como para pensar, que quizás empatar tampoco era una fatalidad . Había sido el Gimnasia –San Lorenzo, uno de esos encuentros ,que en medio de una gran campaña y con muchos puntos, te permite observarlos desde la tribuna, con tranquilidad , mientras disfrutás y recordás 
Asi hicieron , Los ángeles blanquinegros , que lucieron antes de la consumada victoria,apostados en las torres de iluminación, y se acordaron , antes del agónico gol , de un homónimo San Lorenzo,pero de Almagro, porque algunos movimientos elegantes y finos del Patrón de Tilisarao, les recordaron con nostalgia, aquellos que en forma abrumadora , ofrecieron Legrotaglie y compañía a los Cuervos en el mismísimo Gasómetro. Si hasta Tisera,igual que el Lobo Fishcer,le tiró la plancha al Palote, que daba como parar el partido,tal como lo hizo aquella tarde el árbitro Goicochea.

Y también los ángeles sonrieron , al escuchar por dos veces el nombre de San Luis, tierras originarias de los dos cambios claves del partido, para dar paso a una carcajada, cuando el duende del inolvidable puntano Juan Funes, se lanzó sobre el área, y le hizo un guiño al chango Amieva , para terminar la historia como se preveía.

Y así se ganó, porque como dice el refrán ,”Señores,esto es Gimnasia” .Y esas palabras no solo llevan a la obligación de ganar ,jugando lo mejor posible, sino que también se asocian a intentar hacerlo ,como lo hace este equipo y como lo hicieron otros, porque los dos, los de antes y los de ahora, tiene entusiasmo y capricho en salir victoriosos. 

Mantener viva ,una de las frases más motivadoras para el Gigante del Parque , es lo importante,porque es la que se clava en la mente de los jugadores , y que que hace que corras, aún cuando las piernas del “corpore sano” no respondan a las ordenes de la “Mens sana”.

Y porque es la misma frase con la que se golpean el pecho, los que se van por Juan B.Justo, contentos porque aún ganando o perdiendo , se conforman , con que sus jugadores, dejen absolutamente todo y no se guarden nada.

POR EL LOBO PITUCO