Para celebrar el tercer aniversario de este espacio, brindamos un humilde homenaje a una de las leyendas del Único Gigante. Desde mascota hasta presidente. Este marcador central de exquisita técnica y jerarquía marcó una época en el Lobo y su legado será eterno...
¡Viejo! comenzó un año nuevo y, si bien transcurrieron recién pocos días de 2016, todos estamos cansados, fatigados y con ganas de aflojar un poco a la rutina producto de los abriles que se fueron. Razones no nos faltan; paso a enumerar algunas de las que se me ocurrieron:
Gracias Rodri por hacerme pasar tan hermoso fin de semana. Tuve la posibilidad de revivir viejos tiempos de la Aduana y reencontrarme con amigos entrañables. Que podamos disponer uno del tiempo del otro, es un disfrute inmenso. Pero como si todo esto fuera poco, fuiste la figura del equipo campeón… el equipo de la Aduana de Mendoza, de mi querida Aduana de Mendoza, un amor infinito que nadie pudo ni podrá alejar de mí.
Pienso y no se me ocurre nada. Busco en mi memoria, repaso ideas, recuerdos, nuevos pensamientos, deseos, anhelos, melancolías. Una mezcla de sensaciones y sentimientos. Enojo, reproches, decepción, impotencia, todo se hace confuso.
Y finalmente el día llegó, en los alrededores del estadio de Argentinos, anoche hubo luna llena y desde temprano la gente se despertó creyendo haber escuchado el sonido de un lobo.
El profeta le entrega los guantes a Leguiza para la última batalla y algún penal clave, mientras el Mago pega el grito al pelotón, que tiene a varios soldados de la primera línea, sin posibilidades de combatir. Si, esa es la postal de la semana , la más larga en la historia del lobo .
Para recibirse de ídolo en la facultad de los recuerdos, dicen los estudiosos que hay que conseguir un listado de proezas y que el público da el veredicto final.Pero si a eso le suma ser el elegido de tus seguidores todo se potencia, para pasar a ser alguien indiscutible, cercano a un mito.
Cuento de la navidad para los hijos del pueblo blanquinegro. Por Carlos E. Guzzo.
El milrayitas se encarga de los muchachos de Madryn y nuestro amigo Lobo jujeño hace lo propio con los de Misiones.
Los mejores homenajes se realizan en vida y no tienen edad para hacerlos. Esto comienza hace aproximadamente tres años, con el Lobo, recorriendo largos kilómetros que proponía el Torneo Argentino B, y sin rumbo a la vista. Cuando jugar de visitante no quedaba tan lejos, aparecía él.